Familiares de las víctimas del Penal de Comayagua, rinden homenaje en medio del llanto y la oración

Llegaron justo antes de ponerse el sol a Comayagua. Sus rostros reflejaban aun el drama de hace cuarenta días. Durante la vigilia, sus ojos cansados eran iluminados por  una veladora y con el corazón y el pensamiento  acariciaban a sus deudos, les recordaban con amor…y con dolor.

Gloria es la esposa de uno de las víctimas del pasado 14 de febrero, luce aun desconcertada.  Al llegar a los dinteles del Penal ha explotado en emociones, como una película pasan por su mente los cuentos rimados que escribía su pareja, los momentos felices, los episodios junto a su hijo. Ahora solo hay cenizas. Ella es parte del Comité de Familiares y Victimas del Centro Penal de Comayagua y pasa del dolor  al amor y del amor a la organización consciente.

Como Gloria, ahora convertida en activista de derechos humanos, también llegaron de todas partes de la República, las familias de los 361 privados de libertad calcinados en el Penal. Los parientes portaban una foto de su ser querido caligrafiado en una camiseta, llevaban flores, prendas y mensajes. En el centro del inmueble,  una cruz silenciosa, respetuosa de su dolor les esperaba.

La ceremonia inició con un foro donde se alentó a los participantes a no desmayar en su lucha y se expuso  con claridad los pasos que deben dar  para lograr justicia y verdad ante las autoridades nacionales.

Luego de la parte resolutiva iniciaron la marcha hacia el lugar de la granja penal. A veces en silencio, en tramos gritando  “justicia, justicia”.  Muchos llevaban faroles, fotografías, y mensajes.  La indignación era evidente al tiempo que medios de comunicación locales, nacionales e internacionales cubrían la nota.

Al llegar justo a las puertas de Penal la multitud de unas 1000 personas se agolpó con furia contra la maya del centro de reclusión, como si quisieran hacer justicia por su propia mano. Entre llantos gritaban “asesinos, asesinos”, el Comité intervino para evitar una desgracia. Se entonaron cantos, otros se pusieron de rodillas, otros se tendieron en el suelo, a lo lejos las miradas inquisidoras de los agentes de la Policía Nacional agazapados como si quisieran intervenir.

Pasó la conmoción, el Padre Marcos, responsable de la Pastoral Penitenciaria  dió un mensaje. La noche estaba ya avanzada y el ambiente se calmó y el campamento se trasformó en un lugar de oración.

Así trascurrió el evento, entre debates, dolor, nostalgia  y oración. El Comité se vio respaldado en su legitimidad por la multitud. Ahora queda mucho camino por andar, aun no se ha dicho la última palabra.

Pastoral Social/Cáritas, solidaria y cercana, ha apoyado y acompañado a los familiares de las víctimas del incendio del Penal. Colaboró en la planificación del evento, en el proceso de elaboración del pronunciamiento, en la logística, en la convocatoria, con el equipo de sonido que animó la vigilia y con el traslado de expositores.

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